Cuando un actor ha dedicado su vida al arte de la representación y vive creando personajes distintos, se nos hace difícil saber quién es realmente en su intimidad, en lo cotidiano. Qué hay debajo del disfraz nos preguntamos. Pero las máscaras son parte del juego de las relaciones humanas que toda persona usa para ocasiones diversas, para protegerse, para darse valor. Para ocultarse también.
El ser humano no es siempre igual en todos los momentos, ni con todas las personas; más aún, las percepciones de los demás son diferentes, ya que son desde su punto de vista, desde su manera de percibir a los demás, desde su realidad. Nadie puede percibir lo mismo, sólo un consenso nos puede dar un perfil, una aproximación y aún así conocer al otro sólo en parte.
Muchas de las historias que contaba don Willy de su vida se repitieron siempre, como un libreto bien estudiado. Su permanente estampa de actor le permitía andar siempre con su cartita bajo la manga: poesías para recitar en cualquier momento, anécdotas de su vida para contar ante los micrófonos, incluso su biografía aprendida y contada sin errores, sin dar la posibilidad de adentrarse más allá del personaje. Siempre contó lo mismo, sólo que a veces eran versiones más cortas o más extendidas de su vida. Así lo conocemos por entrevistas en diversas revistas, en páginas web, en libros, en películas, en videos, en reportajes de televisión, en diarios.
Son muchas las personas que le conocieron, compartieron con él en lo cotidiano, en lo profesional, en lo humano, en lo sentimental y en lo solidario. Ellos y ellas tienen su propia opinión de cómo era este señor de antigua chapa y de memoria imbatible. Estas son entrevistas que dan la oportunidad al lector de conocer al hombre más allá del personaje.
El ser humano no es siempre igual en todos los momentos, ni con todas las personas; más aún, las percepciones de los demás son diferentes, ya que son desde su punto de vista, desde su manera de percibir a los demás, desde su realidad. Nadie puede percibir lo mismo, sólo un consenso nos puede dar un perfil, una aproximación y aún así conocer al otro sólo en parte.
Muchas de las historias que contaba don Willy de su vida se repitieron siempre, como un libreto bien estudiado. Su permanente estampa de actor le permitía andar siempre con su cartita bajo la manga: poesías para recitar en cualquier momento, anécdotas de su vida para contar ante los micrófonos, incluso su biografía aprendida y contada sin errores, sin dar la posibilidad de adentrarse más allá del personaje. Siempre contó lo mismo, sólo que a veces eran versiones más cortas o más extendidas de su vida. Así lo conocemos por entrevistas en diversas revistas, en páginas web, en libros, en películas, en videos, en reportajes de televisión, en diarios.
Son muchas las personas que le conocieron, compartieron con él en lo cotidiano, en lo profesional, en lo humano, en lo sentimental y en lo solidario. Ellos y ellas tienen su propia opinión de cómo era este señor de antigua chapa y de memoria imbatible. Estas son entrevistas que dan la oportunidad al lector de conocer al hombre más allá del personaje.