No serían más de dos cuadras…

Lo que siempre me impresionó en don Willy fue esa imagen visionaria que él tenía de su propio funeral. Al sentirse tan querido, al participar en tantos eventos culturales y prestar siempre ayuda a toda iniciativa de esta índole, se sintió amigo de las tunas, de los carnavales, de los grupos teatrales. Entonces para él su funeral sería multitudinario.

Se imaginaba cuadras y cuadras de autos. Cuadras y cuadras de personas a pie, de juntas vecinales, de sindicatos, de sociedades mutualistas, de todos los grupos de teatro, de todas las tunas y estudiantinas, de todas las autoridades.

Su funeral sería un verdadero pasacalle: lleno de banderas y estandartes con “la banda de litro” a la cabeza y decenas de bandas escolares, payasos y serpentinas, una fiesta de la muchachada.

Pero no fue como se lo imaginaba, fue muy sencillo: se veló en un local de teatro, no hubo rezos y sus amigos lo despedían alegres.


“Tú eres uno de esos escasos seres humanos que mueren para nacer”
Guillermo Jorquera